
El fin de año se acerca y junto a éste una fecha icónica para los feligreses de la iglesia en México: el 12 de diciembre, día de Nuestra Señora de Guadalupe.
Desde días antes se pueden encontrar congregaciones rezando el rosario en las esquinas de las colonias donde haya un altar a la Virgen de Guadalupe; acompañados de cantos, fuegos artificiales y comida y, aunque esta tradición se vio mermada por la pandemia mundial del virus SARS-CoV-2, al final de este 2021 los rezos han retomado fuerza junto a la Nueva Normalidad.
También puede verse, en los diferentes accesos carreteros a la capital, el largo peregrinar de centenares de personas que acuden a la Ciudad de México para visitar la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe a bordo de camiones, camionetas, motos y bicicletas pero principalmente, bajo la “manda” y agradecimiento hacia la ‘Morenita del Tepeyac’, miles de feligreses caminan durante días desde otros estados hasta el altar de la Basílica.
Situado en el cerro del Tepeyac, al norte de la CDMX, en 1525 frailes evangelizadores dieron a conocer el retablo de la Virgen como Inmaculada Concepción, pero fue hasta 1531 que se estableció el relato tradicional donde la imagen de culto, veneración y motivo de festejo para quienes han recibido las “gracias” o un milagro de la Virgen de Guadalupe se apareció a un indígena de nombre Juan Diego.
La historia señala que este hombre buscaba ayuda para Juan Bernardino, su tío enfermo y en el camino se encontró a la Virgen que le dijo que su tío ya estaba curado. Acto siguiente le indicó a Juan Diego que subiera a lo más alto del Cerro del Tepeyac a buscar rosas y que las presentara ante el obispo como una prueba de sus milagrosas apariciones.
Ante el obispo Fray Juan de Zumárraga, y según la historia aprobada por el Vaticano, Juan Diego dejó caer de su manto las rosas que recogió, revelando al mismo tiempo la imagen que los mexicanos conocemos de la Virgen de Guadalupe.
Desde entonces y durante más de cuatro siglos los cantos, rezos, ofrendas y celebraciones acompañan el 12 de diciembre que además recibió el grado de Fiesta Nacional por el Congreso de la Nación en 1824.

RESTRICCIONES Y RECOMENDACIONES OFICIALES AL VISITAR LA BASÍLICA DE GUADALUPE
Buscando evitar aglomeraciones y un riesgo sanitario, las autoridades han emitido las siguientes recomendaciones a partir de la noche del 11 de diciembre y hasta la madrugada del 12, día de la Virgen de Guadalupe. Ten presente:
Uso obligatorio del cubrebocas
No podrán ingresar niños, niñas y adolescentes
Mostrar esquema de vacunación completo
No se llevarán a cabo misas
No se permitirá permanecer en el atrio e interior de los templos
Misa de Medianoche será pregrabada y transmitida a través de las redes sociales oficiales de la Basílica de Guadalupe
Mañanitas a la Virgen, a la media noche, serán transmitidas de igual forma por redes sociales
ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE
Para tu protección y la de tu familia te invitamos a que conmemores este 12 de diciembre desde casa y por ello te compartimos la oración que el Papa Juan Pablo II realizó para la Virgen de Guadalupe:
¡Oh Virgen Inmaculada
Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú, que desde este lugar manifiestas
tu clemencia y tu compasión
a todos los que solicitan tu amparo;
escucha la oración que con filial confianza te dirigimos,
y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso,
a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores,
te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos,
nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos;
ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos bajo tu cuidado,
Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino
de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia:
no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas,
te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos
de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda
hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes
vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe
y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogares
la gracia de amar y de respetar la vida que comienza.
con el mismo amor con el que concebiste en tu seno
la vida del Hijo de Dios.
Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias,
para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión,
enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos
a levantarnos, a volver a él, mediante la confesión de nuestras culpas
y pecados en el sacramento de la penitencia,
que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos
que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia,
con nuestros corazones libres de mal y de odios,
podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz,
que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
que con Dios Padre y con el Espíritu Santo,
vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.