Los rituales de despedida son una herramienta que ayudan a las personas a elaborar su duelo, de manera que facilitan la transición desde el dolor, la rabia y la negación hacia una emoción muy resiliente y muy necesaria, que es la tristeza.
Los rituales de despedida y de acompañamiento del cuerpo del familiar sirven para despedirse del ser querido: pudiendo resolver los asuntos pendientes, pedirle perdón, o perdonarle, darle las gracias y decirle adiós.
Estos rituales facilitan un espacio social para expresar y validar nuestras emociones, recordar su vida y la repercusión que tuvo en la nuestra, pudiendo recordar anécdotas compartidas por compañeros de trabajo, familiares y amigos.

Escribe una carta para decir “adiós”
Utiliza técnicas narrativas como una terapia personal: una carta, dirigida a tu ser querido fallecido contándole cómo te sientes tras su partida; O escrita a una emoción concreta (carta a mi tristeza, rabia, etcétera); inclusive dirigida a Dios, a la vida o a otras personas, puede resultar un método que desahogue tus sentimientos y te permita expresarte libremente y sin ataduras. Canalizar los sentimientos y reconocerlos te ayudará a trabajar en ellos de un modo más sencillo y también te permitirá conocer más sobre ti mismo.
Coloca un altar de despedida
Rendir un homenaje a quién se ha ido a través de una ofrenda o un altar es una manera de mostrar el cariño, respeto y admiración que mantenemos hacia ellos. Tradicionalmente este es un elemento específico del Día de Muertos, sin embargo hay familias que conservan durante todo el año una fotografía, flores, velas e incluso objetos de nuestro familiar. Por otra parte, colocar un altar de despedida está enfocado a facilitar la elaboración del duelo. Como alternativa a los ritos convencionales, se pueden llevar a cabo con mayor intimidad o, incluso, en soledad. Lo importante es mantener en nuestro corazón a aquellos que abrazaron nuestras vidas.